POEMA 59
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros:
lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso
de mí murmuran y exclaman:
-Ahí va la loca, soñando
con la eterna primavera de la vida y de los campos,
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
-Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha;
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna primavera de la vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
Astros, fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños;
sin ellos, ¿cómo admiraros, ni cómo vivir sin ellos?
COMENTARIO:
Este texto, escrito por Rosalía de Castro, novelista y poeta gallega, es la rima 59 perteneciente al libro A orillas del Sar, único libro de poesía que escribió en castellano. Esta escritora fue de la época del Romanticismo, por ello ese sentimiento de libertad y rebeldía que nos transmite en sus obras, además de las exaltaciones de la naturaleza.
El tema de este poema es la resistencia al paso del tiempo y el deseo de una juventud eterna.
Rosalía de Castro intenta transmitirnos en este texto lo importante que es sentirse joven, soñar sin importar lo que digan. Durante el poema vemos que su actitud soñadora es criticada, ya que según las plantas, fuentes y astros, que son los que murmuran y critican, no va acorde con su edad.
Atendiendo a la estructura, en la primera estrofa cuenta como los árboles, fuentes y pájaros, que la gente cree que no hablan, murmuran que está loca, tan vieja como es y sigue soñando. En la segunda, ella contesta, que aun siendo vieja físicamente, su juventud será eterna y sus sueños también. Y pide a los astros, fuentes y flores que no murmuren de sus sueños, ya que sin ellos no podría admirar a éstos que murmuran, ni podría vivir tampoco.
Dentro de la métrica podemos observar dos estrofas: la primera formada por ocho versos, de los cuales tres son endecasílabos y ocho octosílabos; y la segunda, por siete versos, todos endecasílabos.
En cuanto al estilo y el lenguaje, usa metáforas ("eterna primavera", en el 6º verso), personificaciones ("de mí murmuran y exclaman", refiriéndose a las plantas, astros, etc.), polisíndeton (" ni las fuentes, ni los pájaros, ni el onda…"), paralelismos (repetición de aunque, 5º verso de la segunda estrofa) y interrogaciones retóricas (último verso). Todos estos recursos enlazan con los sentimientos de libertad y el espíritu de la rebeldía.
Como conclusión, vemos que este poema es un claro ejemplo de la vida de Rosalía donde ella misma es el personaje protagonista del poema. Podríamos decir que aquellos que se representan mediante diferentes aspectos de la naturaleza, son la gente que no acepta su deseo de la juventud eterna
Durante el poema percibimos un aire pesimista de la poeta, propio del Romanticismo, pero a la vez con aires esperanzados
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